¿CÓMO ELEGIR UN NUEVO PERRO?

Incorporar un nuevo miembro a la familia es una decisión importante que debe pensarse con cuidado. Existen muchos aspectos que hay que tener en cuenta y que desglosaremos a continuación.

¿ADULTO O CACHORRO?

Muchas personas se sienten seducidas por la apariencia adorable y tierna de los cachorros, sin embargo, hay que tener en cuenta que presentan ciertos comportamientos que requieren paciencia y educación, como orinar y defecar dentro de casa o morder muebles. Además, irán evolucionando conforme se desarrollen, lo que puede suponer cambios en su carácter y forma de actuar. Por otra parte, en el caso de optar por un cachorro, se tendrá más control sobre las experiencias que influirán sobre su comportamiento futuro, como por ejemplo la socialización con niños o con otros perros y animales, y en el caso de que se conozca a los padres o hermanos de camada, se puede saber la salud de los mismos, así como la forma en que fue socializado.

Es importante saber si el cachorro escogido era el menos activo o pequeño, ya que, aunque inspiran más ternura, suelen ser los más débiles de salud. Al mismo tiempo, hay que cerciorarse de que no presenten lesiones en la piel o parásitos en las heces. Es muy recomendable acudir al veterinario al poco de que el perrito llegue a casa para que se le haga un chequeo inicial.

Optar por un perro adulto tiene de igual forma ventajas e inconvenientes. Por ejemplo, normalmente no se conocen las experiencias vividas ni la forma en que fueron socializados, pero suelen tener ya establecidos su carácter y su educación. En el caso de perros de protectora, hay que tener en cuenta que en muchos casos necesitarán un periodo de adaptación, ya que con frecuencia han sufrido experiencias traumáticas con personas o con otros perros, aunque suelen terminar siendo muy cariñosos y agradecidos.

¿MACHO O HEMBRA?

Hay ciertos comportamientos que se asocian más a los machos, como el marcaje, el acto de montar animales, personas u objetos, así como cierta dominancia sobre el dueño. Sin embargo, suelen ser más juguetones y activos. En el caso de las hembras suelen ser más cariñosas y quizás más familiares, aunque en ocasiones desarrollan comportamiento de posesividad con los propietarios, dificultando su relación con otros perros o personas. La depredación o la agresividad por miedo suelen aparecer en ambos. Es de vital importancia entender que esto no es así al pie de la letra, por lo que optar por un sexo determinado no va a asegurar el comportamiento que tendrá el animal.

En cuanto a la esterilización, es un mito que modifique el carácter de los perros. Lo que sí es cierto en el caso de los machos es que ciertos comportamientos sí desaparecen al estar relacionados con los niveles de testosterona, como son el marcaje con orina y la lucha con otros macho.

¿RAZA O MESTIZO?

Si se quiere un mayor control o información, se puede optar por un perro de pura raza. Sin embargo, esto no es 100% fiable, ya que no se puede predecir completamente cómo va a ser un cachorro. Hay que tener especial precaución con el método de cría empleado, ya que uno de los principales problemas al que nos enfrentamos los veterinarios en el caso de razas puras es la presencia de enfermedades que se han perpetuado al seleccionar los perros solo por sus características estéticas y no por su salud. Se debe realizar una investigación extensa de las principales enfermedades de la raza escogida, así como del método de cría y el cuidado de los perros en el criadero.

En el caso de los perros mestizos, es cierto que se tendrá menos información acerca de cómo serán de adultos (en el caso de los cachorros) o de su posible carácter, ya que en ocasiones resulta imposible saber de qué razas es el cruce. Pero a favor de ellos hay que decir que no suele existir problema de consanguineidad como ocurre con los de pura raza, por lo que suelen presentar mejor salud, lo que no implica que no vayan a enfermar a lo largo de su vida.

En la actualidad existen muchísimas razas y cruces de perro, por lo que puede resultar muy complejo hacer una elección. Una de las consideraciones que hay que tener en cuenta es el tamaño, ya que los cuidados y el espacio que requiere un perro de 2 kilos no son los mismos que los que necesita uno de 60 kilogramos. Lo mismo ocurre con el tipo de pelo, ya que aquellos que presentan pelo largo tendrán que ser cepillados y lavados con mayor frecuencia.

En definitiva, es muy importante no dejarse llevar por el aspecto físico, sino por el carácter y requerimientos de actividad del nuevo miembro de la familia. Se debe escoger al perro según el estilo de vida del futuro propietario, lo que facilitará que la relación entre ambos sea completa. Se detallan a continuación algunos aspectos que se deben tener en cuenta:

Dueño primerizo o ya experimentado: algunas razas de perro son más complicadas de educar que otras.
Familia con hijos pequeños: se debe optar por aquellas razas que tienden a socializar bien con ellos.
Casa con jardín o sin jardín: algunos perros realizan la actividad extra que necesitan en los patios o jardines.
Presencia de otros perros o gatos: la socialización con ellos es muy importante.
Ejercicio: hay que tener en cuenta que determinados tipos de perro requieren más actividad física que otra. Esto puede ser una ventaja en el caso de que el estilo de vida del propietario sea activo, pero puede ser un inconveniente en el caso contrario.

En conclusión, la elección de qué perro incorporar a la familia es compleja, pero merece la pena dedicarle el tiempo necesario. El veterinario te aconsejará y responderá a todas las dudas que puedan surgirte desde el inicio del camino.