Hoy hablaremos del Herpesvirus felino, causante de infección habitual en lugares donde conviven muchos gatos, como criaderos o refugios. Puede afectar a gatitos jóvenes especialmente, siendo también posibles los casos en gatos adultos.

Las vías de contagio se producen por el contacto directo entre los gatos, a través de las secreciones nasales y oculares. Una vez producida la infección, el virus puede quedarse de forma latente “escondido” del sistema inmunitario del animal, en el ganglio trigémino o en la córnea, quedando los gatitos como portadores asintomáticos, y puede reactivarse cuando existen situaciones de estrés. En otros casos, los gatos manifiestan la enfermedad después de producirse la infección.

Puede presentar una clínica similar al Calicivirus, aunque en este caso los signos suelen ser más graves, y en otras ocasiones pueden darse ambas infecciones de forma conjunta. Destacan especialmente las alteraciones a nivel ocular y nasal, con úlceras corneales, queratitis, conjuntivitis (en uno o ambos ojos) y mucosidad de las narinas entre otros. No son tan frecuentes las úlceras orales, como ocurre en el Calicivirus, y muchos gatos padecen rinitis crónicas aun habiendo superado la infección.

Para confirmar el diagnóstico se deben realizar pruebas de laboratorio específicas como una PCR cuantitativa, para detectar el ADN del virus, aunque resulta a veces difícil diferenciar a los portadores de los que presentan la infección activa, por lo que muchas veces se diagnostican por la sintomatología que presentan y/o por la respuesta al tratamiento.

El tratamiento establecido dependerá de la sintomatología. Por un lado, frente a las afecciones oculares, se puede emplear un tratamiento antivírico oral con famciclovir o tópico como el ganciclovir, administrado en colirio hasta 4-6 veces al día. En los casos de úlceras corneales o conjuntivitis, también empleamos colirios con antibióticos de amplio espectro. Los corticoides están contraindicados por la posibilidad de ulceración corneal, aunque no la presenten en un primer momento.

Por otro lado, para la rinitis crónica, mucosidad y especialmente para prevenir infecciones bacterianas secundarias, se administran antibióticos sistémicos. A pesar de todo, el objetivo del tratamiento es mejorar el estado de salud del gato, reduciendo los daños causados por el virus, ya que es difícil conseguir la curación completa.

El mejor método de prevención se basa en establecer un protocolo vacunal adecuado desde que son cachorritos, tanto en gatos de casa como en los refugios, donde también es un factor clave evitar situaciones de estrés que favorecen la reactivación de las infecciones en muchos casos.