La insuficiencia pancreática exocrina es una patología que podemos ver en perros como causa de diarreas crónicas. Los gatos también pueden padecerla aunque con muy poca frecuencia.
En esta enfermedad se produce la destrucción progresiva de los acinis pancreáticos encargados de producir las enzimas pancreáticas que realizan la digestión. Como consecuencia de esto, los alimentos no serán correctamente digeridos ni absorbidos por el organismo.

En cuanto a las causas de esta enfermedad en perros, la mas habitual es una atrofia acinar pancreática que se cree que puede ocurrir de manera secundaria a isquemias, infecciones víricas o de forma inmunomediada o primaria congénita. La destrucción de estos acinis también puede deberse, con menos frecuencia, a neoplasias pancreáticas o pancreatitis crónicas.
En los pastores alemanes existe además una predisposición genética, haciendo que encontremos con mas frecuencia la enfermedad en esta raza.
Es habitual encontrar sobrecrecimiento bacteriano asociado en estos animales.

Síntomas:

Los signos clínicos son diarreas crónicas, que pueden ser amarillentas, con presencia de grasa o alimentos sin digerir o mas formadas y muy voluminosas. Los animales tienen mucha hambre (polifagia), comiendo incluso elementos no alimenticios (pica, coprofagia) y aún así vemos una marcada pérdida de peso. También pueden presentar dolor abdominal y borborigmos aumentados.

Diagnóstico:

El diagnóstico pasa por descartar primeramente las causas mas habituales de diarreas crónicas, como pueden ser problemas alimentarios, intolerancias, parásitos, alteraciones metabólicas...etc. Para lo cual el veterinario solicitará análisis sanguíneos y de heces. Una vez descartadas las otras causas, haremos la confirmación diagnóstica mediante la medición de tripsina y tripsinógeno liberado por el pancreas a la sangre (TLI). Otras pruebas complementarias que pueden requerirse es la medición de cobalamina y folato en suero para diagnosticar un posible sobrecremiento bacteriano en intestino delgado.

Tratamiento

El tratamiento se realiza mediante la adición de enzimas pancreáticas exógenas en la comida, que debe hacerse minuciosamente y a lo largo de toda la vida del animal, pues se trata de un tratamiento crónico.
En caso de haberse diagnosticado un sobrecrecimiento bacteriano asociado, se combinará el tratamiento con antibióticos.
El pronóstico es por lo general muy bueno aunque deben hacerse revisiones veterinarias para asegurar el cumplimiento correcto de la pauta terapéutica y la respuesta a tratamiento.