La leishmaniosis es una enfermedad causada por la infección del parásito protozoo Leishmania Infantum, trasmitido por la picadura de la hembra del mosquito flebotomo, el cual se encuentra ampliamente distribuido por toda la cuenca mediterránea.
Para que se produzca la enfermedad el mosquito tiene que haber picado previamente a un perro infectado, adquiriendo el parásito, que trasmitirá a un segundo perro. También se ha descrito, de forma minoritaria, la trasmisión vertical (de madres a hijos) durante la gestación.
Si la respuesta inmune del animal infectado no actúa eficazmente, este desarrollará la enfermedad, convirtiéndose en un animal enfermo.

Es importante entender por tanto, la diferencia entre un animal infectado clínicamente sano y un animal enfermo, ya que esto determinará tanto el manejo, como el tratamiento y el pronóstico.
Los perros con infección subclínica (perros infectados clínicamente sanos) son aquellos en lo que se ha confirmado la infección pero no presentan signos clínicos ni alteraciones en la exploración física o en las pruebas laboratoriales, mientras que los considerados enfermos presentan signos o alteraciones en mayor o menor grado.

Aunque la enfermedad puede afectar a cualquier raza, existe cierta predisposición en bóxer y pastores alemanes. También encontramos mayor prevalencia en machos y en animales menores de 3 años o mayores de 8 años.

Síntomas
Los síntomas son muy amplios y afectan a diversos órganos, pudiendo ser de tipo general, como pérdida de peso, linfadenomegalia, diarrea, fiebre, letargia, trastornos neurológicos, vasculares (tromboembolismo, vasculitis, epistaxis), oculares (blefaritis, conjuntivitis, uveitis...), cojeras por poliartritis, cutáneos (alopecia periocular, hiperqueratosis nasal, dermatitis de diverso tipo, lesiones mucocutaneas, onicogriposis), insuficiencia renal, hepatopatías...etc.

Tratamiento
El tratamiento comprende diferentes protocolos y será determinado por su veterinario en función del estadío clínico en que se encuentre el animal. Estos tratamientos tienen como objetivo suprimir los síntomas para mejorar la calidad de vida y alargar la esperanza de vida pero en raras ocasiones eliminan al parásito.
El tratamiento puede provocar efectos adversos importantes y requiere controles veterinarios frecuentes, para ver tolerancia y evolución por lo que es indispensable un compromiso importante por parte del dueño.

 

Prevención

  • Una de las principales herramientas de prevención se basa en el diagnostico precoz, mediante análisis sanguíneo rutinario en el veterinario en perros aparentemente sanos, antes de la aparición de los primeros síntomas. Esto va a favorecer un mejor pronóstico de la enfermedad. La recomendación es realizar un test serológico anual, después de la actividad del mosquito
  • Proteger frente a la picadura del mosquito mediante antiparasitarios indicados por su veterinario (principalmente collares y pipetas).
  • Evitar la exposición al mosquito, evitando que el animal duerma al exterior en épocas de calor.
  • La administración de la vacuna frente a leishmaniosis, que tiene como objetivo estimular la inmunidad del animal para evitar el desarrollo de enfermedad en caso de producirse el contacto con el parásito.

Puesto que ninguno de estos métodos es 100% efectivo y se trata de una enfermedad frecuente en nuestro país y potencialmente letal, se considera que cualquier prevención es poca. Desde aquí te invitamos a que seas un dueño responsable y te asesores en tu veterinario en todo lo relacionado con esta grave enfermedad.