Las cojeras en perros son habituales y pueden deberse a multitud de patologías, la descripción de todas
ellas requeriría mucho tiempo y espacio, aún así, hoy haremos una pequeña introducción sobre sus
posibles causas.

El abordaje por parte del veterinario empieza como siempre por la anamnesis, en la que se harán preguntas con el fin de tomar todos las datos necesarios para poder orientar el diagnóstico. Algunas de las preguntas que os podrán hacer son:

    • Edad y raza del perro. Algunas patologías son típicas de edad tempranas como por ejemplo la enfermedad de Legg Perthes, en la que se produce la necrosis avascular de la cabeza del fémur, en razas miniatura y toy, entre los 3 y 13 meses de edad. Por el contrario, enfermedades como la artrosis u osteosarcoma (tumor oseo), son mas propias de edades avanzadas y razas grandes.
    • Curso de la cojera: Si es aguda (de reciente aparición) o crónica (mantenida en el tiempo).
    • Si la cojera tiene lugar en frío (cuando se inicia la actividad) o en caliente (cuando ya lleva un tiempo de actividad)
    • Si se trata de una cojera continua o intermitente.
    • Tipo de cojera: Algunas lesiones como la luxación de cadera o la luxación rotuliana presentan una cojera característica, de tal manera que nos encontramos con que el animal da pequeños saltitos durante la marcha, que luego se normaliza, en el caso de la luxación de rótula. Por otro lado, en el caso de la luxación de cadera, cojean con la extremidad afectada estirada y cruzada hacia el lado contralateral.
    • La extremidad a la que afecta: Extremidad posterior (patologías como luxación de rotula, displasia de cadera, rotura de ligamento cruzado anterior...) o extremidad anterior (osteocondrosis, displasia de codo...etc) o todas las extremidades (poliartritis inmunomedias o infecciosas, en enfermedades como la leishmania)
    • Si existe o no historia de traumatismo previo que haya podido provocar fracturas o lesiones ligamentosas o musculares.
    La exploración física y traumatológica nos ayudará a localizar puntos de dolor, inflamaciones, crepitaciones, alteraciones en los rangos de extensión y flexión articular, y pruebas específicas de exploración como por ejemplo “la prueba del cajón” para diagnosticar la rotura de ligamento cruzado anterior, entre otras.

    La exploración ha de ser completa, desde las almohadillas y las uñas, subiendo por toda la extremidad hasta explorar también la columna, ya que a veces algunos problemas discales pueden dar lugar a cojeras características o alteraciones en la marcha.

    Igualmente es imprescindible ver caminar al animal en un espacio amplio para determinar el tipo de cojera.

    Las pruebas de imagen como la radiografía u otras mas avanzadas (Resonancia magnética, TAC o ecografía) nos permitirán, junto con el cuadro clínico y la exploración física, confirmar el diagnóstico.

    El tratamiento y el pronóstico variará ,obviamente, en función del diagnóstico, pudiendo algunas de ellas ser manejadas médicamente con tratamiento conservador, mediante la administración de antiinflamatorios no esteroideos y condroprotectores, mientras que otras requerirán un tratamiento quirúrgico. Como siempre, nuestra recomendación es acudir al veterinario en cuanto se observan los síntomas.