Hoy hablaremos de los urolitos o cálculos urinarios. Se trata de concreciones formadas por uno o varios cristales, de sustancias presentes en la orina, que por varias causas se solidifican dando lugar a fragmentos de mayor o menor tamaño. Estos cambios son consecuencia de varios factores como pH urinario, temperatura, infecciones...etc, y presentan predisposición en determinadas razas. caso.

Los mas habituales están formados por:

– Estruvita (fosfato, amonio, magnesio): Son típicos de Schnauzer Miniatura, Bichón Frisé, Shi Tzu, Caniche miniatura, Yorkshire terrier, Lhasa Apso, Carlino, mas frecuentes en hembras.
– Oxalato cálcico: Schnauzer miniatura, Lhasa Apso, Cairn Terrier, Yorkshire Terrier, Cocker Spaniel Bichón Frisé, Shi Tzu, Caniche Miniatura.
– Urato: Dálmata, Bull Dog Inglés, Schnauzer o Yorkshire Terrier con shunt portosistémico.
– Fosfato cálcico: Yorkshire Terrier, Caniche miniatura, Casrlino, Shi Tzu, Bichón Frisé.
– Cistina: Bull dog Inglés, Teckel, Terranova, Mastines, Pitbull terrier, Chihuhua.
– Silice: Pastor Alemán , Labrador, Yorkshire Terrier, Shih Tzu, Rottweiler, Boxer.

Síntomas

Los urolitos pueden encontrarse en cualquier localización de las vías urinarias, desde pelvis renal a ureter, vejiga y uretra.
En función de su tamaño y localización van a dar lugar a diferentes síntomas. Los localizados a nivel renal (nefrolitos) pueden pasar desapercibidos sin dar lugar a sintomatología o pueden predisponer a pielonefritis o provocar daño compresivo.
Otros síntomas típicos, en aquellos que se encuentran el localizaciones bajas del sistema urinario (vejiga y uretra) son los de micción irritativa: hematuria, polaquiuria o estranguria.
Los localizados en uréter pueden causar obstrucción urinaria, al igual que los que se encuentran en uretra dando lugar a cuadros agudos de obstrucción con vómitos, letargia, dolor abdominal y azotemia (aumento de urea y creatinina en sangre, al no poder ser eliminadas por la orina).

En general, cualquiera de estos síntomas es razón para acudir al veterinario, y especialmente cuando se observe que les cuesta orinar o no pueden orinar. Si esto ocurre, se debe desobstruir con urgencia mediante sondaje urinario para evitar el empeoramiento del animal.

Diagnóstico y tratamiento.

El diagnóstico comprende la historia clínica, el análisis de orina para conocer pH, infecciones de orina y presencia de cristales, cultivo de orina y pruebas de imagen (radiografía y ecografía). Todas estas, en su conjunto nos ayudarán a predecir la composición de los urolitos. En caso, de poder ser retirados quirugicamente se mandarán para su análisis laboratorial. En animales con cuadros de obstrucción se realizará una analítica sanguínea para determinar las alteraciones secundarias a esta.

Dependiendo de la localización y composición del cálculo, estará indicado un tratamiento quirúrgico o médico. En ambos casos, el problema pueda recurrir en el tiempo por lo que el paciente debe ser monitorizado para evitar la aparición de nuevos cálculos y evaluar la respuesta al tratamiento médico, mediante controles de orina que aseguren un pH adecuado, modificación dietética y aumento del consumo de agua para disminuir la concentración urinaria.