La presencia de sangre en la orina se conoce como hematuria y es un signo clínico frecuente en la clínica diaria, que puede aparecer tanto en perros como en gatos.
La hematuria puede ser macroscópica, apreciándose a simple vista en la orina, o microscópica, cuando la cantidad de sangre es muy pequeña y solo es detectada con un análisis de orina.

Es importante determinar si este sangrado se produce al inicio de la micción (cuando el animal empieza a orinar), al final o durante toda la micción ya que esta información podría encaminar el diagnóstico hacia causas del tracto urinario superior o inferior.
Algunas causas habituales pueden ser: traumatismos, infección urinaria, presencia de cristales en la orina (especialmente en animales predispuestos), cálculos (tanto a nivel del riñón, como de las vías bajas en los uréteres o uretra), neoplasias, etc.
Hay que destacar que la hematuria no siempre se produce por problemas a nivel de vías urinarias, también puede deberse a otros trastornos como alteraciones en la coagulación o del tracto genital (ciclo estral en hembras o alteraciones prostáticas en machos).

¿Qué hacer en estos casos?
Para determinar el problema que está originando la hematuria en el animal, es importante acudir a la consulta para que el veterinario conozca toda la historia clínica y pueda llegar al diagnóstico.
Lo primero que va a demandar el veterinario es la realización de un urianálisis completo incluyendo análisis químico y del sedimento, que podrá ir seguido de cultivo urinario y antibiograma, ecografía de abdomen, radiografías o analíticas según el caso.
El tratamiento dependerá de la causa primaria.