¿Has notado que a tu mascota de repente le cuesta mantener el equilibrio, se tropieza, no mantiene el rumbo y presenta la cabeza ladeada hacia un lado? Podría tratarse de un síndrome vestibular.

Se trata de una alteración neurológica que afecta al sistema vestibular, el cual es el encargado de mantener el equilibrio, coordinar los cambios de posición de la cabeza, globos oculares, cuerpo y extremidades, para adaptarse a la gravedad.

Este consta de dos partes: el sistema vestibular periférico, que se localiza en el oido interno, y el sistema vestibular central, localizado en el encéfalo (concretamente en el tronco encefálico y cerebelo).

Esta patología puede afectar a perros y gatos, siendo en estos últimos menos frecuente.
Los síntomas que pueden aparecer incluyen:
– Inclinación de cabeza siempre hacia el mismo lado
– Giros en círculos (normalmente hacia el lado donde tienen inclinada la cabeza)
– Alteración del equilibrio (conocido como ataxia)
– Nistagmos o movimiento continuo de los ojos

Podemos encontrar otros síntomas como náuseas o vómitos (más raro en gatos), estrabismo (posición anormal de los ojos), etc.

Algunas causas mas frecuentes del síndrome vestibular, en perros y en gatos, pueden ser:
– Otitis medias e internas
– Enfermedades infecciosas/ inflamatorias: Moquillo, toxoplasmosis, PIF, meningoencefalitis...
– Traumatismos que afecten a la bulla timpánica, contusiones cerebrales, etc.
– Idiopático
– Hemorragias/ isquemias
– Neoplasias
– Malformaciones congénitas

Es importante llegar a conocer donde está el origen para abordar el tratamiento y poder hablar de pronóstico. Para ello, además del examen físico habitual y el examen neurológico realizado en la consulta, pueden requerirse pruebas complementarias de imagen avanzadas como Resonancia Magnética, pruebas laboratoriales como analítica sanguínea, medición de hormonas tiroideas, enfermedades infecciosas, análisis de líquido cefaloraquídeo o cultivos y antibiogramas.

El tratamiento y el pronóstico dependerán fundamentalmente de la causa primaria, pudiendo incluir tratamiento con antibióticos, si se ha confirmado una causa infecciosa, antiinflamatorios, inmunosupresores, drenajes quirúrgicos si la parte afectada es la bulla timpánica y presenta exudados o engrosamiento...etc. También se utilizarán fármacos para controlar las náuseas o vómitos si los hubiese. El pronóstico dependerá tanto de la causa primaria diagnosticada como de la respuesta al tratamiento. En algunos casos, la inclinación de cabeza puede quedar como lesión permanente, incluso aunque se haya corregido la causa primaria.