Recientemente hemos visto en consulta a Aire, una perrita Schnauzer, de 10 años, no esterilizada, a la cual sus dueños le habían detectado un pequeño bulto en la mama caudal derecha.
Los tumores de mama en hembras caninas y felinas son muy comunes en aquellas no castradas por lo que es muy recomendable palpar y explorar las mamas, ya sea en casa o en el veterinario, para detectar cuanto antes su aparición. Inicialmente aparecen como pequeñas masas subcutáneas próximas a las mamas o a lo largo de la cadena, que pueden tener diferente consistencia y apariencia y que fácilmente pasan desapercibidas si no se realiza una exploración minuciosa. Con el tiempo pueden crecer, inflamarse, edematizarse, ulcerarse y/o infectarse causando dolor o prurito al animal.

Determinados factores influyen en su aparición, como pueden ser la edad (apareciendo mas comúnmente en hembras de edad media y avanzada), el estímulo hormonal (exposición a hormonas ováricas, progesterona y estrógenos), productos de inhibición del celo y obesidad a edades tempranas.
Igualmente, se ha descrito predisposición en algunas razas como pueden ser: maltes, chihuahua, yorkshire terrier, caniche, teckel, cocker spaniel, doberman, pastor alemán, pointer, bóxer, setter inglés y springer spaniel inglés.

El diagnóstico se realiza mediante biopsia escisional. La citología no se recomienda como método diagnóstico porque puede dar lugar a resultados erróneos.
El tratamiento de elección (a excepción de los carcinomas inflamatorios) es, siempre que sea posible, la exéresis quirúrgica. En los casos mas malignos puede recomendarse un tratamiento quimioterápico adyuvante.
La cirugía será mas o menos radical, a determinar por el veterinario, en función del tamaño y extensión del tumor. Por norma general, se recomienda también realizar la ovariohiesterectomía en una misma intervención quirúrgica.
Los tumores malignos pueden metastatizar por vía linfática a ganglios linfáticos regionales y por vía hematógena al pulmón por lo que se recomienda realizar biopsia ganglionar y radiografías torácicas en varias proyecciones para detectar posibles metástasis.
El pronóstico final dependerá del tamaño del tumor, características histopatológicas y presencia de metástasis. Los controles posteriores y plan a seguir serán indicados por el veterinario una vez se disponga de los resultados obtenidos en la histopatología.