¿Has detectado un bulto o masa, que antes no estaba, al acariciar a tu perro? En el artículo de hoy os hablaremos de los distintos tipos de tumores de tejidos blandos y cual es el protocolo de actuación en cada caso.

Los tumores de tejidos blandos son neoplasias procedentes de distintos tipos de tejido conjuntivo. Pueden afectar a diferentes estructuras y localizaciones aunque la mayoría se encuentran en el tejido subcutáneo. Aparecen en cualquier raza, siendo mas comunes en perros de edad avanzada (a partir de 10 años).

Tumores de tejidos blandos benignos.

Hablaremos del mas habitual: El lipoma, el cual se forma a partir de tejido adiposo. Son mas habituales en hembras que en machos y se localizan principalmente en tronco, zona pectoral o mamaria. A la palpación son blandos y móviles y presentan un crecimiento lento.
En ocasiones pueden ser infiltratitvos hacia las zonas mas profundas.
El diagnóstico comienza con la realización de punción o punción-aspiración con aguja fina para la citología.
La citología, aunque tiene sus limitaciones, es una prueba muy poco invasiva, que siempre debemos hacer ante la presencia de cualquier masa o bulto detectado en nuestra mascota. Nos permitirá diferenciar lesiones inflamatorias (abcesos, granulomas, paniculitis), de lesiones neoplásicas, confirmando o al menos encaminando, el diagnóstico.
Cuando existe duda, la ecografía también es una prueba útil para la detección de lipomas, ya que la grasa se observa con una ecogenicidad característica.
La cirugía es resolutiva, y especialmente recomendada cuando alcanzan un gran tamaño o presionan otras estructuras. El diagnóstico definitivo se hará mediante biopsia escisional.

Tumores de tejidos blandos malignos.

Conocidos como sarcomas, son tumores relativamente frecuentes en perros. Se caracterizan por ser muy invasivos localmente, con márgenes poco definidos y muy infiltrativos.
La masa es de tamaño variable, subcutánea, no dolorosa a la palpación y de consistencia firme. A veces puede presentar aspecto multilobulado o ulcerarse debido a la tensión de la piel ejercido por el crecimiento de la masa subyacente. Normalmente se adhieren a tejidos profundos por lo que no presentan movilidad, y se localizan con mayor frecuencia en las extremidades.
Pueden desarrollar metástasis por vía hematógena, y recidivar (volver a crecer) cuando la escisión quirúrgica es incompleta.
La clasificación histológica permite clasificarlos en dististos grados de malignidad (del uno al tres) y determinar así, su comportamiento y potencial metastásico.

En general los de alto grado presentan un crecimiento mas rápido en el tiempo, mientras que los de menor grado pueden ir creciendo lentamente durante un largo periodo de tiempo. Los pacientes no presentarán ningún síntoma asociado ni signo de dolor, no obstante, la presencia de una masa compatible es causa suficiente para acudir al veterinario para comenzar cuanto antes con el abordaje diagnóstico.

Siempre se debe empezar con una punción o punción-aspiración con aguja fina para citología, que como hemos comentado previamente, tiene un valor limitado, ya que depende de la muestra obtenida y es frecuente que este tipo de tumores exfolien poca cantidad de células, lo que no permitirá un diagnóstico definitivo. No obstante, podemos descartar otros orígenes o podemos encontrar las células típicas (celulas conjuntivas fusiformes) con características de malignidad.

Como parte del protocolo diagnóstico incluimos radiografía de la lesión para descartar afectación osea y radiografía de tórax para descartar metástasis pulmonar, así como analítica general para valorar la posibilidad del tratamiento de elección, que no es otro que el quirúrgico.
La cirugía debe ser agresiva, con margenes amplios, para evitar la posible recidiva. En aquellos que se localizan en las extremidades, la amputación suele ser la opción mas adecuada. La realización de un TAC nos ayudará a conocer la verdadera extensión e infiltración tumoral y a planificar una cirugía adecuada, con las mayores probabilidades de éxito.
Resulta por tanto, sencillo de comprender, que cuanto mas rápida sea la actuación y menor sea el tamaño y la infiltración de la masa en el momento del diagnóstico, mas sencilla será su resolución quirúrgica. También dependerá de su localización, pues algunas zonas son inoperables.
Otras opciones terapéuticas como la administración de quimioterapia no son eficaces como tratamiento único aunque si pueden utilizarse como tratamiento adyuvante en los casos en que no se ha logrado una escisión completa del tumor. También se ha descrito quimioterapia intralesional y terapia metronómica como opciones, siendo hasta ahora la radioterapia la opción mas recomendada.