¿Has notado a tu perro decaído, sin ganas de comer, con el abdomen hinchado o con dificultad respiratoria? ¡Cuidado! Podríamos estar ante un caso de derrame pericárdico.

Derrame Pericardico en Perros

El derrame pericárdico es una patología de origen cardiaco que se produce cuando se acumula líquido en el pericardio. El pericardio es una membrana semi-rígida que rodea al corazón donde podemos encontrar pequeñas cantidades de líquido que ayudan a lubricar al mismo durante la contracción. Sin embargo, en situaciones patológicas, este líquido puede aumentar y producir lo que conocemos como derrame pericárdico.

Las causas de que se acumule líquido en esta cavidad son variadas, pero las más frecuentes son las neoplasias a nivel cardiaco, entre las que destacan el hemangiosarcoma y el quemodectoma. El hemangiosarcoma es un tumor maligno con origen en los vasos sanguíneos, que normalmente se localiza en el bazo, pero que, al tener gran capacidad para producir metástasis, también se puede encontrar en la aurícula derecha del corazón. Por otro lado, el quemodectoma es un tumor benigno que se origina a partir de las células que regulan la presión arterial del organismo, localizándose en la base del corazón.

Además de los tumores, hay otras causas menos frecuentes del derrame pericárdico: problemas de coagulación a causa de intoxicaciones, inflamación del pericardio por enfermedades como la leishmania o una sepsis, rotura de las aurículas por un traumatismo o una enfermedad cardiaca crónica etc.

En todos estos casos, se va a ir acumulando líquido en la cavidad pericárdica, produciendo un derrame pericárdico agudo, si se desarrolla de manera rápida en el tiempo, o crónico. En ambos casos, llegará un punto en el que se produzcan alteraciones en nuestra mascota, pudiendo ver síntomas como inapetencia, letargia, distensión abdominal, dificultad respiratoria o incluso coloración azulada de las mucosas (cianosis). Si ves estos signos, es necesario que acudas a un veterinario lo antes posible, ya que se trata de una situación de urgencia.

El derrame pericárdico se trata de una urgencia ya que, en ocasiones, puede derivar en lo que se conoce como taponamiento cardiaco. El taponamiento cardiaco es una situación patológica muy grave en la cual la presión que ejerce el líquido acumulado en el pericardio no permite la adecuada contracción y dilatación del corazón, haciendo que tanto la aurícula como el ventrículo derecho, que son las cámaras cardiacas con menor presión interna, colapsen y no sean capaces de llenarse de sangre. No todos los derrames pericárdicos van a producir un taponamiento cardiaco, sin embargo, hay que tener en cuenta que a largo plazo si podría producirse.

Para diagnosticar un derrame pericárdico y, sobre todo, saber si cursa con taponamiento cardiaco, la prueba más útil que puede realizar tu veterinario es una ecocardiografía, donde se verá si hay líquido en el pericardio y si las cámaras cardiacas derechas están colapsadas.

Una vez se ha diagnosticado el derrame pericárdico debemos proceder a tratarlo. En caso de que este curse con taponamiento cardiaco, el tratamiento de elección es drenar el líquido mediante una técnica llamada pericardiocentesis, donde se extrae el líquido acumulado en el pericardio y se obtiene una muestra del mismo para analizarla en el laboratorio. En algunos casos, se puede mantener el drenaje para ir retirando el líquido que se vaya acumulando en las horas posteriores a la pericardiocentesis.

Si en cambio hay un derrame sin taponamiento, el tratamiento de elección será tratar la causa del mismo. En los casos más frecuentes, que son los tumores, el tratamiento puede ser médico, mediante quimioterapia, o quirúrgico, realizando una pericardiectomía, en la cual se retira el pericardio de manera parcial o total. El tratamiento quirúrgico suele ser el de elección en casos de derrames repetidos en el tiempo. Si en cambio la causa es un traumatismo cardiaco, se recomendará el reposo del animal, y si es una intoxicación que produce problemas de coagulación, se deberá aplicar una terapia coagulante.

El pronóstico del derrame pericárdico es reservado en todos los casos, pero especialmente si cursa con taponamiento cardiaco. Por ello, ante la aparición de los síntomas mencionados anteriormente es necesario asistir lo antes posible a un veterinario que pueda evaluar la situación de tu mascota.