El síndrome de dilatación-torsión gástrica constituye una urgencia grave, que puede presentar altos índices de mortalidad. Se da habitualmente en perros de raza grande, con tórax profundo y geriátricos, aunque puede darse también en adultos. Se consideran factores predisponentes determinados hábitos alimenticios como la ingesta de grandes cantidades de pienso seco, en una sola toma al día, el ejercicio posterior al momento de la comida, aerofagia, retraso en el vaciado gástrico por diversas causas o determinados medicamentos que produzcan estasis gástrico, o la esplectomía previa (retirada quirúrgica del bazo).

Independientemente de la causa, se produce una dilatación del estómago y una torsión sobre su propio eje, que va a dar lugar a múltiples alteraciones a nivel cardiovascular, respiratorio, renal y gastroinstestinal, que se traducen en complicaciones graves como pueden ser arritmias, trombosis de las venas esplénicas, rótura de arterias gástricas con hemorragia intrabdominal, necrosis de la pared gástrica, perforación, peritonitis, traslocación bacteriana, sepsis, fallo renal y hepático, hipotensión, hipovolemia, alteración electrolítica y del equilibrio ácido base y coagulación intravascular diseminada.

Por todo esto, requiere atención hospitalaria urgente, destinada a estabilizar al animal, evitar las complicaciones médicas y realizar un tratamiento quirúrgico.

Diagnóstico y tratamiento

El signo clínico habitual, que debe alertarnos es la presencia de vómitos improductivos. En la exploración física se observa un abdomen distendido, con sonido timpánico a la percusión. Aumento de la frecuencia respiratoria (taquipnea) y de la salivación suelen observarse con frecuencia. En algunos casos, el animal se presenta en shock hipovolémico con tiempo de relleno capilar aumentado, mucosas pálidas y extremidades posteriores frias. En estadíos mas avanzados, cuando se presenta con shock endotóxico, se observa un pulso femoral débil, mucosas congestivas, tiempo de relleno capilar aumentado y fiebre.

En la radiografía de abdomen se observa una imagen característica, en la que el estómago aparece compartimentalizado en dos bolsas de gas, correspondientes a píloro y fundus gástrico, separados por una banda de tejido blando.

La analítica puede mostrar múltiples alteraciones y resulta esencial para establecer el tratamiento médico de soporte, que va encaminado a corregir la hipotensión, hipopotasemia, desequilibrio ácido base...etc. Igualmente se tratarán y monitorizarán las arritmias, el dolor y la traslocación bacteriana. Se debe realizar cuanto antes la descompresión gástrica (vaciado del estómago) mediante sondaje orogástrico o trocarización (punción directa en estómago a través de la pared abdominal).

El tratamiento quirúrgico es el tratamiento de elección y tiene como objetivo desrotar el estómago y devolverlo a su posición habitual, así como valorar la viabilidad de la pared gástrica y el bazo y realizar gastrectomía (en caso de necrosis de la pared gástrica) o gastropexia (fijar el estómago a la pared abdominal) con el fin de reducir la posibilidad de futuras torsiones.