Todos los veranos, con la llegada del calor, los veterinarios insistimos en la importancia de proteger a nuestras mascotas frente a las garrapatas.
Las garrapatas no solo son dolorosas para el perro por su picadura si no que actúan como vectores de enfermedades sistémicas que pueden ser muy graves, algunas de ellas zoonóticas, es decir, que pueden trasmitirse a las personas, de ahí la importancia de su control sanitario.

En Europa existen tres tipos de garrapatas que pueden afectar a los perros y gatos y que tienen un área de distribución según el clima. El ciclo de vida completo de las garrapatas tiene una duración de 1 a 2 años, pasando por tres estadíos: larva, ninfa y adulto. Cada estadío se engancha al hospedador por medio de su mandíbula e ingiere su sangre, aumentando mucho su tamaño, hasta que cae y busca un lugar donde digerir y pasar al siguiente estadío, que volverá a buscar otro hospedador al que parasitar. Las garrapatas pueden albergar microorganismos que inyectan al hospedador a través de su saliva mientras se alimentan de él, como son la enfermedad de Lyme, Erlichiosis o Babesiosis.

Por su tamaño, similar al de un guisante, las garrapatas pueden observarse a simple vista por el ojo humano. Conviene explorar a los animales después del paseo, especialmente por zonas de bosque o pasto. Pueden estar bajo el pelo, siendo frecuentes las zonas de la cabeza y las orejas. Una vez localizadas pueden ser retiradas en casa o en el veterinario. Existen hoy en día instrumentos que permiten su retirada en casa de manera sencilla, aunque se debe hacer con precaución para evitar que la cabeza quede dentro y provoque una infección e inflamción secundaria. Si localizas alguna, consulta a tu veterinario quien la extraerá y te dará un tratamiento efectivo.

- Enfermedad de Lyme: Provocada por Borrelia burdogferi. Puede provocar falta de apetito, fiebre, dolor muscular y articular o colapso.
– Babesiosis: Provocada por Babesia canis. Se introduce en los glóbulos rojos del animal, provocando su destrucción y dando lugar a múltiples problemas si no se diagnóstica y trata a tiempo.
– Erlichiosis: Provocada por Elichia canis. Puede dar lugar a un cuadro agudo o crónico, con síntomas como anorexia, apatía, pérdida de peso, hemorragias...etc, que igualmente pueden ser muy graves si no se tratan.

Si notas cualquier alteración en tu perro, especialmente después del contacto con garrapatas, no dudes en acudir al veterinario. Actualmente trabajamos con test rápidos, que con una pequeña muestra de sangre permiten descartar algunas de estas enfermedades en la misma consulta, en apenas 10 minutos. En otros casos, serán necesarias pruebas específicas, en cualquier caso, un diagnóstico rápido, favorece la consecución de un buen pronóstico.

Como suele ocurrir, la mejor forma de evitar estas enfermedades es la prevención. La prevención de las garrapatas puede hacerse mediante collares antiparasitarios, pipetas y pastillas. El veterinario le recomendará el mas apropiado para su animal y su forma de vida.