Hoy os hablaremos de la luxación de rótula, una de las lesiones traumatológicas más frecuentes en perros, especialmente de raza pequeña o toy.

Mi perro se sacude mucho Otitis

La rótula es un pequeño hueso situado en el surco troclear del fémur, delante de la articulación de la rodilla. Su correcta alineación es fundamental para la biomecánica de la articulación, por lo que su salida hacia alguno de los laterales (lo que se entiende como luxación) supone un mal funcionamiento de la misma y se traducirá en la aparición de dolor y cojera. La luxación medial es mucho más frecuente (aparece en cerca del 80% de los casos) que la lateral.

La luxación de rótula puede ser congénita, lo más frecuente en las razas de pequeño tamaño, y la presentación suele ser bilateral. Se produce una mala alineación del mecanismo extensor de la rodilla que puede tener diversas causas:

• Surco troclear poco profundo o inexistente.
• Mala conformación de la cadera, como en los casos de displasia.
• Malformación de fémur y/o tibia.
• Ligamento rotuliano excesivamente largo.
Por otro lado, también se producen luxaciones de rótula adquiridas, normalmente a raíz de traumatismos fuertes que provocan su salida del surco troclear.
Se distinguen cuatro grados según la gravedad de la lesión:
• Grado I: se puede luxar manualmente la rótula, pero vuelve a su posición normal de forma
espontánea.
• Grado II: se luxa de forma espontánea o manual manteniéndose en esa posición hasta que se
reduce al extender o rotar la extremidad.
• Grado III: la rótula se luxa al extender o flexionar la articulación pudiéndose recolocar de forma
manual.
• Grado IV: la rótula permanece luxada sin ser posible la reducción de la misma.

Los signos clínicos que aparecen con más frecuencia son cojera y dolor. En cuanto a la cojera, aparece durante la marcha; el perro realiza un pequeño salto manteniendo la extremidad sin apoyar durante unos segundos para después apoyarla de nuevo perfectamente, excepto en los casos de mayor gravedad que pueden mantenerla elevada todo el tiempo.

En el caso de las luxaciones crónicas, se producirá un desgaste de la articulación que conducirá a la aparición de osteoartrosis y que causará al animal mayor dolor, crepitación y grado de cojera, pudiendo afectar a otras estructuras de la articulación.

El diagnóstico se lleva a cabo mediante la palpación de la rótula, así como la realización de diversas proyecciones radiográficas que nos permitirán tanto valorar la rótula como detectar posibles malformaciones en estructuras óseas relacionadas con la misma. Resulta de bastante utilidad realizar vídeos del animal durante los paseos que muestren el tipo de cojera que presenta.

Finalmente, el tratamiento dependerá del grado de luxación de rodilla que presente nuestro perro. En los casos más leves (grado I y algunos grado II), se opta por tratamiento médico con antiinflamatorios y rehabilitación. En el grado II y especialmente en los grados III y IV se requiere el tratamiento quirúrgico, además de aintiinflamatorios y rehabilitación.

¡Si ves a tu perro cojear no dudes en acudir al veterinario!