¿Has notado que tu gato come mucho y aún así no engorda o incluso pierde peso? Hoy hablaremos de HIPERTORIOIDISMO FELINO, una enfermedad propia de gatos de edad media-avanzada, generalmente mayores de 7 años, que a menudo pasa desapercibida, debido al tipo de síntomas y a que requiere pruebas específicas para su diagnóstico.
Afortunadamente, gracias a los chequeos geriátricos y a la mayor concienciación por parte de veterinarios y propietarios, cada vez se diagnostica más.
La glándula tiroides, es una glándula ventral a la tráquea cuya función es la de secretar hormonas tiroideas. En los gatos hipertiroideos, encontramos un mayor desarrollo de está glándula, y por tanto una mayor producción de hormonas, que puede ser debido a una hiperplasia o tumor benigno de la glándula tiroides (en la mayoría de los casos) o a un tumor maligno (en un porcentaje minoritario de los casos)
Como consecuencia de este aumento de hormonas tiroideas en sangre, encontraremos síntomas como apetito aumentado con pérdida de peso, beben y orinan mucho, mal aspecto del pelo, diarreas, vómitos, hiperactividad, irascibilidad, vocalizaciones o maullidos constantes...
Conforme avanza la enfermedad, si no se pone un tratamiento adecuado, podrá afectar también a corazón, hígado o riñones.
El diagnóstico incluye la exploración física y palpación de la glándula tiroides, analíticas sanguíneas y medición de hormonas tiroideas.
En nuestra opinión, está enfermedad se debe intentar descartar en el gato senior y no esperar al desarrollo de todos los síntomas y a los cambios graves a nivel orgánico.
Existen diversas posibilidades terapéuticas para la enfermedad, como pueden ser un tratamiento médico mediante la administración de fármacos antitiroideos orales. Estos deberán administrarse durante toda la vida del animal y requieren chequeos veterinarios y analíticos para modificar la dosis y evaluar los posibles efectos secundarios a nivel hepático y renal.
Existen también otras terapias como la resección quirúrgica de la glándula afectada (tiroidectomía) y la administración de yodo radiactivo, que pueden proporcionar curación definitiva.
Si crees que tu gato puede tener alguno de los síntomas descritos, no esperes más y consulta cuanto antes con tu veterinario.