Hoy os hablaremos de una patología muy frecuente en perros: la hernia discal. Supone cerca del 2% de las enfermedades que afectan a la especie canina.

Al igual que en las personas, la columna vertebral de los perros está formada por vértebras articuladas entre sí y separadas por discos intervertebrales, los cuales pueden sufrir alteraciones, tanto por degeneración como por las fuerzas a las que se ven sometidos.

Mi perro se ha desmayado

Se entiende por hernia discal la salida del disco intervertebral hacia el canal medular provocando la compresión de la médula espinal y/o las raíces nerviosas. Normalmente existe una degeneración previa del disco intervertebral afectado. Se distinguen dos tipos:

Extrusión discal: las razas condrodistróficas (teckel, pekinés, shih tzu, beagle, basset hound...) están predispuestas a padecer este tipo de hernias a edades relativamente tempranas. Se produce lo que se conoce como metaplasia condroide del disco intervertebral que conlleva la deshidratación de la zona central del disco (llamado núcleo pulposo) y su salida de forma aguda hacia el canal medular.

Protrusión discal: se trata de un proceso crónico y progresivo en el que se produce una metaplasia fibroide por la que se va degenerando el núcleo pulposo que va saliendo lentamente hacia el canal medular. Las razas no condrodistróficas se ven afectadas con mayor frecuencia.

SIGNOS CLÍNICOS

Los signos clínicos que presenta el paciente permiten localizar la lesión en una de las siguientes regiones:
•Región cervical: vértebras C1-C5
•Región cérvico-torácica: vértebras C6-T2
•Región tóraco-lumbar: vértebras T3-L3
•lumbosacra: vértebras L4-S3

Se enumeran a continuación algunos de los signos clínicos más comunes que aparecen en esta patología y que dependerán de la región afectada:

•Dificultad en la marcha. Caminan de forma incoordinada.
•Paresia (debilidad) o plejia (parálisis) de dos a cuatro extremidades en función de la región afectada.
•Cuerpo encorvado.
•En el caso de las hernias cervicales, el animal es reacio a levantar la cabeza o a inclinarla en exceso, llegando incluso a no querer bajarla para comer de los comederos.
•Rechazo a hacer ejercicio.
•Dificultad a la hora de subir o bajar escaleras, sofás, camas...
•Chillidos espontáneos.
•Base de sustentación amplia.

DIAGNÓSTICO

El veterinario llevará a cabo una anamnesis y exploración tanto general como neurológica en profundidad para localizar el segmento medular que presenta el problema. Las radiografías simples, aunque no permiten visualizar los discos intervertebrales ni la médula espinal, resultan ser una primera aproximación adecuada, ya que se podrán encontrar signos radiológicos que nos hagan pensar en la presencia de una hernia discal. Para valorar tanto el disco como la afectación medular será necesario recurrir a métodos de imagen avanzados como la resonancia magnética o el TAC, especialmente en los casos en que se sospeche que pueden requerir cirugía posterior.

TRATAMIENTO

Se optará por una de las siguientes opciones en función de los déficits neurológicos y las pruebas de imagen.
Tratamiento conservador, en casos de perros con déficits neurológicos leves (primeros grados de alteración funcional). Consiste en la administración de antiinflamatorios, analgésicos y la instauración de una terapia de rehabilitación.
Tratamiento quirúrgico, en pacientes con déficits neurológicos importantes y pruebas de imagen que apoyen la cirugía. Existen diferentes técnicas dirigidas a la descompresión de la médula.

PRONÓSTICO

Se distinguen diferentes grados de alteración funcional. A menos grado de afectación, mejor pronóstico.
•Grado I: dolor sin déficits neurológicos.
•Grado II: paresia con leves déficits neurológicos.
•Grado III: paresia más grave, con caídas frecuentes durante la marcha.
•Grado IV: paresia con déficits neurológicos graves sin posibilidad de ponerse en posición bípeda sin ayuda.
•Grado V: paresia no ambulatoria.
•Grado VI: plejia
•Grado VII: plejia con pérdida del control de esfínteres, pero con dolor profundo mantenido.
•Grado VIII: plejia sin control de esfínteres y ausencia de dolor profundo.