¿Tu perro se choca últimamente con objetos y mobiliario? ¿Se queda parado en entornos nuevos y tienes que animarlo a caminar?
La ceguera puede ser total (cuando los animales no ven nada) o parcial (han perdido algo de visión). Además, puede afectar a uno o ambos ojos y la lesión puede estar localizada en el globo ocular o en las vías visuales desde la retina al córtex visual (es decir, por donde viaja la información desde la retina hasta que llega al cerebro). Una lesión en alguna de estas estructuras puede hacer que nuestro perro haya perdido la visión.
¿Cómo puedo saber que mi perro no ve? Pues es difícil de valorar, porque algunos de ellos van perdiendo visión de forma progresiva y se van adaptando a la nueva situación tan bien que hacen vida prácticamente normal. Por eso, la ceguera en algunas ocasiones puede ser confundida con problemas neurológicos o de comportamiento (“mi perro no quiere salir a pasear, o no puede bajar escaleras, está desanimado o ya no juega…”). A veces vemos cambios en la coloración del ojo, que es lo que como propietario es más fácil de percibir. Si comienza a chocarse con objetos es la situación más evidente de que algo no va bien, pero no suele ser tan sencillo.
¿Cuál puede ser la causa? Hay bastantes factores que tener en cuenta. Si ha sido un proceso
agudo o crónico, la raza (hay enfermedades hereditarias), enfermedades infecciosas, ingestión
de tóxicos, la edad y si existen otros signos clínicos asociados. Algunas de estas causas son:
• Cataratas: son más frecuentes en perros de edad más avanzada y cuando empiezan a
ser visibles a nuestros ojos ya llevan tiempo desarrollándose. También pueden
producirse a consecuencia de otras enfermedades como la diabetes.
• Atrofia progresiva de la retina: las células que componen la retina se degeneran y
llevan a una ceguera irreversible. Solo es posible diagnosticarlo mediante pruebas
específicas (observando el fondo de ojo y haciendo una electrorretinografía).
• Glaucoma: enfermedad degenerativa del nervio óptico y de la retina, asociada a un
incremento de la presión en el interior del globo ocular. Suele ser un cuadro muy
doloroso.
• Enfermedades de la córnea como la queratoconjuntivitis, o más conocido como ojo
seco. Existe una falta de producción de lágrima y puede dan lugar con el tiempo a una
ceguera sino se aborda esta patología correctamente.
• Otras causas: como un traumatismo, una neoplasia o incluso después una convulsión.
Todas ellas pueden dar lugar a cegueras.
Existen muchas más causas y se han descrito algunas de las más frecuentes de manera más breve porque esta cuestión daría para varios artículos.
¿Cómo se diagnostica? No resulta fácil llegar a un diagnóstico y hay que seguir algunos pasos. En primer lugar, una exploración general donde se valora si existen otros signos clínicos además de la ceguera, si el paciente realmente tiene dificultades para ver (por ejemplo, se puede poner un circuito con algunos obstáculos en la consulta y ver si el perro es capaz de esquivarlos) o si existe algún otro problema. La exploración neurológica y oftalmológica completa serán también necesarios.
Con toda esta información, tu veterinario puede necesitar hacer algunas pruebas complementarias (analítica, medición de la presión arterial o ecografía), para descartar posibles causas de la ceguera. El problema puede ser local (que afecte solo al ojo) o sistémico (causada por alguna enfermedad que afecte también a otros órganos, por ejemplo, la diabetes).
El pronóstico va a depender de la causa de la ceguera, y si es recuperable o no. En cualquier caso, los perros pueden llevar una vida prácticamente normal y se adaptan muy bien a la nueva situación.
Si detectas cualquiera de estos problemas acude a tu veterinario para que revise al animal, porque cuanto antes se detecte más posibilidades hay de controlar el problema.
A continuación, te dejamos algunos consejos para convivir con perros que han perdido la visión:
• Dale tiempo para adaptarse a la nueva situación, no muevas sus cosas de sitio y
tampoco los muebles. Si alguna vez se desorienta, llévalo a su cama o zona de la casa
donde tenga sus cosas, será “el punto de partida”.
• Protege zonas por donde pueda caerse o hacerse daño (poner una valla para que no
acceda a las escaleras).
• Procura no dejar objetos en medio de una zona de paso (como cajas o una mochila). Él
no puede saber que están ahí y se chocará con ellas.
• Nos van a usar como punto de referencia: anímalo a caminar por espacio abiertos por
los que no pueda chocarse y así cojera confianza para moverse con más facilidad.
• Déjale que se pare, escuche y olfatee. La vista es un sentido que proporciona mucha
información y ahora necesita tiempo para aprender a comunicarse con el entorno.
• Cuando se acerque alguien que primero le muestre las manos y él pueda olerlas. Así no
se asustará.
• Permite que olfatee también a otros perros y se relacione con ellos, esto también
aumentará su confianza.