La sarna es una afección de la piel provocada por ácaros, parásitos externos artrópodos que presentan con frecuencia tanto perros como gatos.

Algunos tipos de sarnas son zoonóticas, por lo que pueden afectar a las personas. El contagio se produce por contacto directo con el animal o con fómites (mantas, camas, juguetes…). No es una enfermedad grave, pero puede llegar a ser bastante molesta y requerirá tratamiento específico.

TIPO

ÁCARO

ESPECIES AFECTADAS

ZOONOSIS

 

Sarna demodécica

 

Demodex canis

 

Perros y gatos

 

No

 

Sarna sarcóptica

 

Sarcoptes scabiei

 

Perros y gatos

 

 

Sarna otodéctica

 

Otodectes cynotis

 

Gatos y perros

 

Rara

 

Sarna cheyletiella

 

Cheyletiella spp.

 

Perros y gatos

 

 

Sarna pneumonyssoides

 

Pneumonyssoides caninum

 

Perros

 

No

 

Sarna notoédrica

 

Notoedris cati

 

Gato

 

Rara

El principal síntoma es el prurito, por lo que los animales se rascarán de forma profusa. Esto conllevará la aparición de alopecia en forma de calvas, así como enrojecimiento e incluso heridas en la piel. Pueden incluso llegar a aparecer anorexia y pérdida de peso asociados al malestar que presentan. Existe un tipo específico de sarna, la demodicosis, que no suele producir picor en los perros. Si quiere obtener más información al respecto, no dude en consultar la entrada específica sobre este tema en nuestro blog llamada A mi cachorro le falta pelo. ¿Puede ser demodicosis?.

Diagnosticar la sarna es relativamente sencillo. Dependiendo del tipo de ácaro, la localización de las lesiones en la piel del animal variará, lo que ayuda a orientar el diagnóstico. El veterinario realizará un raspado de la piel y tomará una muestra del pelo. Con ello se pretende la observación directa del ácaro, que permitirá su identificación y su posterior tratamiento

En función del tipo específico de sarna que presente el animal, el veterinario establecerá el tratamiento acaricida específico, bien por vía oral o tópica (pipeta, sprays). Además, resulta fundamental la limpieza exhaustiva del entorno para que no se produzcan reinfestaciones.