El hiperadrenocorticismo o síndrome de Cushing, es una enfermedad frecuente en perros, que aparece principalmente en adultos, a partir de los 10 años de edad.
En condiciones normales, se liberan una serie de hormonas a nivel del eje hipotálamo-hipófisis, liberando esta última ACTH que estimula a las glándulas suprarrenales para secretar glucocorticoides y mineralocorticoides endógenos. La enfermedad se produce cuando existen niveles excesivos de corticoides en el organismo y las causas que lo generan pueden ser varias:
Causas endógenas:
- Tumor en la glándula hipófisis: La afectación de la hipófisis provoca una liberación masiva de la hormona ACTH, que estimulará una secreción excesiva de corticoides endógenos, por parte de las glándulas suprarrenales. Debido al estímulo continuado, las glándulas suelen estar aumentadas de tamaño.
- Tumores en glándulas adrenales: Suele ser unilateral, es decir, se produce la tumoración en una de las glándulas, apareciendo aumentada de tamaño mientras que la contralateral tiende a atrofiarse, por falta de actividad. La glándula afectada tiende a secretar niveles elevados del cortisol al organismo.
Causas exógenas:
- Tratamientos prolongados con corticoides exógenos: lo que se conoce como hiperadrenocorticismo yatrogénico.
CUADRO CLÍNICO
Puede tener una progresión lenta y los síntomas son variados. Como hallazgos frecuentes podemos encontrar perros que beben, orinan y comen grandes cantidades (lo que se conoce como polidipsia, poliuria y polifagia), jadeo, distensión abdominal, hepatomegalia, alopecia o pelo pobre, hipertensión sistémica, piel fina pigmentada, presencia de comedones...etc.
Laboratorialmente también podemos encontrar alteraciones como presencia de un leucograma de estrés (asociado a niveles altos de cortisol), con valores altos de leucocitos por elevación de los neutrófilos y disminución de linfocitos y eosinófilos. En la bioquímica es frecuente observar una elevación de enzimas hepáticas como la ALP (fosfatasa alcalina), ALT (alanina aminotransferasa) y colesterol. También puede haber otras alteraciones como hiperglucemia o hipertrigliceridemia.
En el análisis de orina solemos encontrar una densidad urinaria baja, con proteinas (proteinuria) y muy frecuentemente signos de infección asociada.
La ecografía será esencial para observar el tamaño, forma y ecogenicidad de las glándulas adrenales. Así como cambios en otros órganos, como por ejemplo, el hígado.
Ante las sospecha de esta enfermedad, realizaremos pruebas mas específicas como medición del cociente cortisol / creatinina en orina, que utilizaremos como screening, y otras pruebas en sangre de funcionalidad adrenocortical que nos permitirán concretar el diagnóstico.
TRATAMIENTO
En pacientes con Cushing hipofisario se requiere un tratamiento médico que suprima la secreción de cortisol. Se trata de un tratamiento crónico, que se da oral y diariamente a lo largo de la vida del animal. Es imprescindible realizar controles veterinarios frecuentes para reajustar la dosis y preveer posibles complicaciones.
El tratamiento de elección en casos de perros con adenoma o carcinoma adrenal de pequeño tamaño, suele ser la cirugía para extirpar la glándula adrenal afectada (adrenalectomía), ya que si se realiza con éxito, es un tratamiento curativo.
En los casos de tumores muy invasivos o con presencia de metástasis, en los que la cirugía no sea una opción, se puede recurrir al tratamiento médico, igual que en el caso anterior, pero es importante entender que este tratamiento no va a interferir en la evolución de la neoplasia adrenal, por lo que el pronóstico de estos pacientes dependerá de la malignidad, invasión local y presencia de metástasis de la neoplasia.
El Síndrome de Cushing es una enfermedad que requiere una gran implicación por parte de los dueños, dada la necesidad de monitorizar de forma periódica al animal y de seguir un tratamiento crónico. No obstante, esta implicación suele dar sus frutos y en la mayoría de los pacientes se puede obtener una respuesta satisfactoria y una buena calidad de vida.