¡¡Hoy es el gran día!! Por fin conocerás a tu cachorro, todos sabemos la ilusión de ese momento, un nuevo miembro en la familia que mimar y traerá mucha felicidad...

SOCIALIZACIÓN DEL CACHORRO

¿Y ahora qué? ¿Estamos preparados para lo que realmente eso supone? A continuación vamos a ver las cosas más importantes a tener en cuenta.

Los cachorros se encuentran en una etapa de su vida muy importante, con una gran capacidad de aprendizaje, son como una especie de esponja que lo absorbe todo. Por ello debemos aprovechar esta etapa tan esencial y os daremos unas pautas generales con el fin de evitar futuros problemas de conducta, que de persistir o empeorar, o ante cualquier duda, siempre es mejor contactar con un profesional.

Una de las cosas más importantes es la socialización, donde el cachorro debería conocer todo lo que en un futuro se encontrará en su vida diaria. Así, debe tener contacto con todo tipo de personas (hombres, mujeres, ancianos y niños), perros (hembras, machos y otros cachorros) y situaciones. Un ejemplo sencillo: puedo llevarlo a un cumpleaños donde haya niños o mejor aún una fiesta de disfraces (así ve gente vestida de forma diferente, muchos perros tienen miedo a personas con sombrero o mascarillas). Si esta situación no se presenta, siempre hay opción de hacer una reunión en casa e invitar a gente a que conozca al cachorro.

Muy importante es controlar la interacción del animal y la situación, que sea agradable y de forma progresiva. Si queremos hacer una fiesta de bienvenida a la familia, el primer día que llegue a casa no es el mejor momento. En el caso de los niños, el acercamiento debe ser tranquilo y no deben agobiar el cachorro. Mejor que estas experiencias sean breves y repetidas, y que el perrito tenga la opción siempre de irse o de no querer acercarse sin forzar. Poco a poco irá cogiendo más confianza. Aquellos que se muestran más tímidos necesitarán algo más de tiempo y es especialmente importante que se sienta cómodo.

Los encuentros con otros perros son muy parecidos, intentando que se relacione lo máximo posible con otros congéneres buenos y pacientes, para que pueda aprender e imitar ese comportamiento, al tenerlos de referentes.

Las situaciones y ruidos habituales de una ciudad pueden llegar a ser abrumadores para el pequeño al principio. Primero es mejor habituarse al entorno más cercano como son los ruidos de la casa (la aspiradora, los vecinos, la lavadora...), después los alrededores (calles colindantes) y más adelante zonas más transitadas con autobuses, coches, ruidos de obras... Durante estas situaciones puede ayudarnos premiar al cachorro, acompañarlo y darle tiempo.

Durante este proceso, habremos establecido un vínculo con nuestro cachorro, que irá creciendo cada vez más. Además, crecerá siendo un perro equilibrado, acostumbrado a muchas situaciones (para las que lo hemos preparado) y educado con todos. Si se presenta alguna circunstancia “no entrenada”, tendremos las herramientas para gestionarlo y nuestro perro acudirá a nosotros porque nos hemos ganado su confianza. Tendremos un miembro más de la familia que nos podrá acompañar a casi todas partes porque habéis aprendido a entenderos.